La rebelion de las putas

Sin animo de ofender a quienes pues cuestiones personales, que no son ni de mi incumbencia ni de la de nadie, son llamadas con este y otros sinónimos, me he permitido utilizar este título para un artículo como este.

Y no es que sea el único que use este calificativo para ciertas personas que han tenido y tienen algo que ver en mi vida, ya que últimamente parece que estén confabuladas para dar por saco, que parece ser lo único que saben hacer, y además mal.

La primera, inicio el tercio de banderillas, a eso de las 16:00, tocándole la moral a mi hija, que parece que tenga que aguantar una y otra vez, la sin razón de alguna que otra trastornada, más cercana a algún personaje decimonónico de Jardiel Poncela, que se niega a estas alturas a admitir lo que sabe, a ser lo que es, tener lo que tiene y permitir que las cosas tengan nombre y apellidos, según corresponda por derecho, que para eso están las cosas así.

Increíble la cuestión, pues tras hablar educadamente con la Jenny de turno, (vamos a llamarla así, por no estropear la gracia, y perdonenme sus tocayas) alucino con lo que una mente enferma puede llegar a pensar de si misma, y de los demás. A estas alturas, incluso cree haber sido una buena madre y que sigue como hace veinticinco años atrás, creyéndose todas sus mentiras. Quizás sea por eso, que cuenta que el amor de sus hijos. Una amor tan grande, que es directamente proporcional al numero de visitas que ha realizado en los últimos años, para ver a su hija y a su nieto, que son cero.

Al cambio de tercio, nos aparecen las innombrables. Profesionalidad, tablas al teléfono, educación verbal, continencia profesional, para que la que unas veces dice ser «los nuevos propietarios de los innombrables». Tanto que su trabajo concienzudo de la especialista en marketing telefónico, se dedique a ilustrar a exclientes sobre mi pasado. Vamos hablando claro y en plata, lanza las banderillas, decoradas con un «¿Sabes que Marco a estado en la cárcel?. Mientras, todavía no se porque el empresario las coloco en el cartel, porque a día de hoy, en el sindicato de toreros, ni siquiera las conocen. Eso si, seguimos vendiendo humo, y prueba de ello, es la tarde de hoy.

Por afinar el asunto, el toro, osea yo, que pare eso tengo mis buenos cuernos aunque sean de naturaleza distinta a la habitual, aunque a estas alturas comienzo ya a dudarlo, porque después de tanto lío, la verdad, a veces ya no me extraña la dificultad que tengo para pasar por el pomo de la puerta, me veo frente a la cuadrilla que ha contratado el zorrón de turno, para engañarme haciéndome mirar a las barreras, y de paso, engañar al publico, que anda ya algo cansino de una tarde deslucida y poco vista, siempre con la misma cantinela, aburrida, cínica y falta de contenidos que no sea la dificultad por hacer que la terna funcione.

En fin, que de banderillas no tiene ni puta idea, pero el «Eggg, torooooo» con esa bocaza que tienen sabe un rato, pero la cosa no ayuda, pues al paso que van, solo percibo las puntas mal puestas, y lo único que hacen es enfurruñarme aun más, sacando de mi, la casta que ellas nunca tendrán.

Poco a poco, se termina la corrida (podría decir la fiesta, pero nos sacaría del contexto), y cuando cambien el tercio, habrá más de lo mismo, y la terna de pedorras, al final saldrán luciendo unos hermosos pitos del respetable, mientras el toro indultado, se marchara a los toriles, a la espera de su nuevo puesto en la ganadería a fin de ejercer semental.

Quizás entonces, alguna sueñe con trabajar de mamporrera, pero quedando solo en eso en el sueño, pues desde luego que el torito bravo, el torito enamorado de la luna, no dejará que su miembro tantas veces apaleado, sea una vez más acariciado, por profesionales de tanto rango, y tan pobre cualidad profesional. Queda pues reservado para una verdadera hembra que seguro encontrará en sus paseos a la luz de esa luna engalanada, a la que podrá cubrir con sus mejores saberes, y su añejo saber.

Harán bien las unas y las otras, dejar de ser tan putas, perdón toreras, dedicarse a la calceta, que a fin de cuentas están dejando en mal lugar, los toros, la maternidad, la prostitución y las actividades empresariales, y con esa profesionalidad al final darán de bruces en mal lugar, del que tanto les gusta hablar, que ya sabemos todos «Que ni son todos los que están, ni están todas las que son»

NOTA: Disculpas a los que esperan la web de mi empresa, pero con tanto lío, tengo una reunión para determinar el alcance de tanta corrida, de esa letra fácil con la que decoro mi blog, y de ver como y de que manera, plasmar las verdades, con el fin de que unos personajes traten de sacar tajada del esfuerzo de unos y otros. Pero vamos que de esta semana no pasa.

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