Hasta donde llega el odio?
Hasta donde llega el odio que permite que un padre y una hija no se puedan ver?
Hasta donde llega la mezquindad que pasan los días y no se propone acuerdo alguno?
No puedo ni trabajar, las lagrimas surgen de mi mirada, bajo la angustia de pensamientos violentos, que agarro con todas mis fuerzas, a fin de explotar en un salvaje destino que no es el merecido, ni por mi, ni por mi hija.
Si son estas palabras, u otras que publiqué, jamás las quitare, pues solo queda en mi este blog que llevo años escribiendo, y este blog, lo leerá, unos y otras, sino ahora dentro de unos años, cuando tengáis que explicarle a mi hija, que os hicisteis los locos, que mareasteis la perdiz, que no quisisteis descolgar el teléfono, que no tuviste la decencia de finalizar, una cosa que no tiene sentido.
Jamás me la robareis, y cada día que pase, mas cosas tendréis que explicar.
Ella es la que pierde, pues pierde a su padre, pierde un tiempo preciso, que ya de por si no tuvo en mucho.
No sigáis este juego. No se lo merece.
sabes? el tiempo siempre pone a cada uno en su sitio. Lo sé, el tiempo perdido no se recupera, sin embargo, la vida es larga y llegará el momento en que tu hija sea mayor y pueda ir libremente a verte. De nada vale que te dés cabezasos contra la pared. Cuidate para tu hija y para ti.