La angustia de la lejanía, el dolor de la ausencia
Las cosas van encauzándose, pues ya he terminado casi la estructura del portal basado en Joomla, (aunque hay otro proyecto por debajo, programado con un framework a medida por mi para que consuma menos recursos) Costa Blanca, y ya estamos mis socios y yo comenzando a preparar la campaña de este verano.
Las ausencias siguen pues a día de hoy no se nada del juzgado en el que toco el nuevo reparto de mi demanda de régimen de visitas para mi hija María, aunque ya tengo datos sobre la estimación de recurso sobre la denuncia de LMI a mi persona (bueno de Yolanda que es la promotora) con lo que esa espina la tengo ya resuelta casi.
Ahora, que me estaba enamorando, de alguien muy especial, de alguien que en su corta vida tiene la experiencia de una vida dura como yo, y que quiere afrontar conmigo, nuestro nuevo destino, un nuevo varapalo se suma a mis inquietudes.
El pasado viernes, Yulia, mi pareja en Internet, mi esperanza en mi nuevo camino, entro en coma, y tuvo que ser llevada a la UVI del Hospital Pirogov de Sofía, por una intoxicación grave por la ingestion de pescado (una mala partida de pescado en Sofia que ha causado estragos) Hoy por fin he podido hablar con ella, dejando atrás la angustia que uno percibe cuando el ser querido esta lejos, ausente, y por ende, gravemente enfermo.
Me han comunicado, con la dificultad del idioma, que se encuentra mejor, que en una semana la darán el alta, lo que indica que en poco tiempo, cansado ya de una relación a distancia, ella viajará a España, para que juntos podamos iniciar una nueva etapa.
Hoy he podido hablar un poco con ella, y pese a que se encuentra algo mejor, se nota en ella, el cansancio y la flojera de días entubada, de días de angustia. Pero al oírla, vuelvo a sentir la fuerza que surge de su interior, la fe en el amor, la ilusión de su corazón.
Así pues, hoy es un día feliz, reclamo de otros muchos que vendrán, donde seguramente encontraré la paz que nunca conseguí llegar a tener. Y detrás de esos días, llegarán otros donde se recuperaran tiempos perdidos, donde ciertas aguas recuperarán sus cauces, sin la presión de agoreros y mentideros, que insisten en conculcar, las mentiras de su propia necedad.
Carpe diem quam minimum credula postero