Cuando la locura es ilusión
Siempre he pensado, en las palabras de mi padre “Cuando pierdas el niño que llevas dentro, estarás muerto”
Muchas veces le he dado más de un significado, pero siempre lo he asociado con mayor o menor fuerza, a la capacidad de tener ilusión, de confiar en el destino, o la providencia o como queramos llamarlo.
Ayer hice algo, que forma parte de esas cosas que no son normales, que no son las propias, de un adulto, cuando menos de un adulto lleno de experiencias, de recuerdos negativos.
Hice algo, muy cercano a mi, muy típico e mi, que no explicaré, porque prefiero quede en mi privacidad, la poca que dejo en un entrono seguro y personal, más allá del alcance de este blog.
Lo hice a pesar de que una parte de mi, la parte quemada, desilusionada, y quizás la parte más realista, me decía que era una quimera, que no podía ser bueno, que no puede llevar a nada bueno.
Pero la otra parte, la parte que lleva más Marco Antonio, la que es fruto de una vida azarosa, difícil, esa me dijo “Hazlo” y lo hice.
Hoy cuando oigo su voz, cuando siento su timbre nervioso y azorado, cuando percibo su inmensa alegría, su ilusión, me contagia de fuerza y esperanza. Oigo por primera vez en mi vida, la fuerza de quien quiere superar a su destino, tanto como yo lo he deseado una y otra vez. Siento la fuerza de quien se agarra a un clavo ardiendo, y aunque ese clavo sea yo, se agarra con fuerza, con palabras de ilusión, de tesón y de esfuerzo.
Por fin en mi vida, he oído, palabras de compañera, palabras que no se lleva el viento, llenas de la fuerza que nunca sentí a mi lado.
“Cariño, no importa, quiero construir junto a ti, mi futuro. Lucharemos juntos, sufriremos juntos, reiremos y lloraremos juntos. Solo se, que quiero hacerlo junto a ti.”
¿Serán ciertas las palabras? La angustia acompaña el momento, la duda cerril asalta, pero esa parte de mi, la que nada ni nadie me ha podido robar, dice, sí.
Así pues, te espero, mi amor.
Uauuuuuu!!! qué bien suena!!! cuanto me alegro por tí ;-)))
;)lo estás deseando, y ya sabes que mas vale arrepentirse de haberlo hecho, que de no haberlo hecho nunca.
Nunca me he arrepentido de nada de lo que he hecho, bueno o malo. Simplemente, he analizado lo que ocurrio, y segun fuera bueno o malo, asi lo he clasificado. Pero desde luego que jamas he sentido el arrepentimiento cobarde, de decir «Y si lo hubiera intentado?»