Obituarios: Francisco Umbral y un sentimiento
Dos obituarios tengo para hoy.
Uno in memoriam de Francisco Umbral y otro, de un sentimiento fenecido el día de hoy.
Decía Don Paco, “Que el que lo piensa todo primero no escribe nada después” y que cierta verdad, para alguien que escribe como yo, con el hígado.
Mal día para las letras, la perdida de una de las mejores plumas del siglo XX, que para colmo de nuestro sistema educativo, se dio más a conocer por su esperpéntico “He venido a hablar de mi libro” que le espeto a Mercedes Mila, hace ya unos cuantos años, que por la incorporación de sus escritos al pobre temario estudiantil de nuestros jóvenes adolescentes.
Un poeta de la prosa, de lengua sagaz y ciertamente viperina, que espetaba verdades hirientes como puños, en sus columnas de El Mundo, y que vestía su vida de cierto mal carácter, quizás apropiado para el mundo en que vivía.
De él y por referencia a mi blog, a lo que significa para mi, y más aun en el contexto de la segunda parte de este obituario dejo estas líneas, un extracto de uno de sus libros por mi más sentidos “Mortal y Rosa”
“Biografías redondas, cuajadas de un vistazo. Es el paisaje quien viaja. Un pescador, una mujer en un camino, un niño en el barro. Toda una vida vista en un momento. Los montes pasan como música, los bosques cantan como orfeones, los cielos viajan como rías. Pero si nos paramos, si echo pie a tierra, el mundo es inmenso, quieto, solemne (…).
(…) Rías, cielos, vidas, lluvias, mares, montes, bosques donde nunca fui ni soy ni seré libre. Respiro hondamente y el mundo me traspasa.
Luego tristemente, se retira de mí.”
Por que no decirlo, con él se me va un escritor de cabecera, una columna de lectura en el transporte público, un maestro del verbo, que como tantos fue despreciado por los que por encima de cualquier cosa, se sientan en los sillones del conocimiento, aquellos que dirigen y regulan, el fluir de nuestra lengua, y que no fueron capaces de incorporar en ella, al maestro de la prosa moderna española.
De la otra parte, incinero en mi un amor que deje aparcado, ocultado, en un muro de piedra encerrado, hasta que hace unos años reapareció en mi. No tiene razón de ser, no tiene motivo suficiente para subsistir, y no soporto más, el dolor de aquello que yo no elegí.
Basta ya de monsergas, de hipocresías necesitadas, de rodearme de estúpidos personajes que siempre cargan contra mi, cuando las cosas no les van bien. Basta de ya de reclamos del pasado, cuando no saben construir su futuro.
Que bonito hablar de los demás, cuando al alimón, se visten con pantalones y faldas, y luego no saben distinguir, los huevos de los ovarios, el tocino de la mantequilla.
Ya estoy harto de los que hablan del tiempo pasado, de sus malas experiencias, de las formas que adquirieron por culpa de otros, y de que si tu dices o dijiste lo mismo que otros me dijeron. Basta ya de estupidos comportamientos, de abogados, de burofaxes y monsergas. El no quiera estar a mi lado que se vaya, que me deje, pero que lo haga con dos cojones,… o con dos ovarios. Pero que no se venda a si mismo la historia de la pena currada, por que al final es la misma historia. Mierda para tapar mas mierda.
Basta ya!
La vida es dura, pero es hermosa. No podemos ir por ahí, diciendo que como la vida nos maltrato, me recuerda a eso o a lo otro. No podemos, cambiar de chaqueta, cada vez que nos interesa.
A mi, me da lo mismo. Porque ni soy empresario, ni soy currito, ni soy cajero, ni soy informático. Soy Marco Antonio. Una persona, un ser humano. Con capacidad para ser, sentir, una y otra situación, una y otra profesión, sin que los anillos se me caigan, sin que la envidia, o el pasado me jueguen una mala pasada, y por ello, me esconda en mi pasado. Sin que descargue mis temores, mis miedos o mis verguenzas en la escusa vaga y pobre, sin que mi culpa se deslice bajo la alfombra de la queja en lo demas.
Me da lo mismo, porque mañana puedo trabajar de albañil, de decorador, de portero, y no me importa el salario, ni la profesión. Lo único que me importa es saber que soy quien soy y lo que soy.
No todo son desgracias, pues lo bueno en esta vida, es que muchas veces, cuando algo acaba, algo empieza.
Yo estoy de mudanza.
La mudanza de mis sentimientos, pues he conocido a una gran mujer, que empieza a llenar mi corazón, de amor, de sensaciones nunca conocidas. Ella, como yo, venimos de un pasado difícil, cargado de malos rollos: Pero ambos tenemos la misma fortaleza, la misma sensación: la vida es un fuego que hay que cuidar, con pasión, con amor, con la ilusión del futuro que no sabemos que nos dará, pero sin mirar atrás.
Así pues me despido por hoy, que quiero sentir mis lagrimas sobre su piel, su calor en mis manos, su corazón componer junto al mío, la sinfonía de nuestra ilusión.
Lo demás, lo dejo aquí, en estas letras negras, este oscuro momento, que más tarde o más temprano, será solamente el recuerdo de mi lamento.
Rianse pues al leer estas lineas, los que gozan de mi desgracia, pues yo a diferencia de ellos, río y lloro todos los días, pues siento y vivo la vida, con la intensidad que sus grises ilusiones jamás podrán afrontar.
Evidentemente los seres grises, saben de lo que hablo.
Ohhhhhh.. te llegó el amor Marco !!! xD
Ya tengo ganas de conocerla. 😉