Se acabo, por fin.
Estos días me calme un poco a la espera de que la sentencia fuera firme, y creo que ya lo es. Sentencia que me absuelve de todos los cargos, (hasta tres delitos se solicitaban por parte de Hosting LMI y de mis ex-pareja), con suaves penas de prisión.
Demoledora sentencia de la jueza del Juzgado Penal 29 de Madrid, que practicamente arremete contra la inutilidad de la acusación particular, y la chabacanería de la otra.
Cierto es que el acto del juicio oral, se convirtio durante una media hora, en el esperpento de una patio de luces de cualquier casa obrera, donde la vecina del primero no cesaba de tirar mierda sobre mi persona, pero que al final, con buen talante, la juez reconducio indicando que aquello era un tribunal, y no una verduleria.
Al final, condenado a 200€ por los insultos vertidos en este blog, y que lo más curiso es que no me piden quitar (ya en su dia le dije a esta señora que si queria que hiciera el esfuerzo de volver a leerlo, para que lo quite, pero parece estar más interesada en que nuestra hija lo lea de mayor para asi tener algo en que apoyar todas las mentiras que le ha estado contando).
En fin, que recibida la sentencia, la anulacion de antecedentes penales que me ha costado lo mio, pues una vez mas la Sala Sexta de la Audiencia Provincila de Madrid, parece que tenga algo contra mi, ya no me queda nada.
Nada en absoluto de mi vida pasada, que me moleste, que cuelgue sobre mi cual espada de Damocles.
Alguno dira, que si me quedan cosas.
Y si, me quedan. Y las tengo guardadas. Pero que hacer?
Nada, seguir con mi vida, que por fin esta reconducida por un camino en el que el amor, es un sentimiento, no un negocio, ni un trabajo.
Con personas, para las que el valor de la palabra dada, es más importante que los rollos personales, o que las deficiencias afectivas.
Y por supuesto, donde el perro o la perra, es una animal de compañia, no un sustituto del padre.
A estas alturas, ya que me digan gilipolleces, o se las digan a la persona que amo, no me calienta en absoluto.