¡No sea usted impaciente! Tiene todo el tiempo del mundo
¡No sea usted impaciente! Tiene todo el tiempo del mundo
Tiempo. Sustantivo tantas veces reinventado en diversas habilidades filosóficas, que tanto preocupa a antiguos y modernos. Algunos dicen que el tiempo es relativo y depende de la ubicación en el espacio de la masa, sobre la cual calculamos el tiempo, ¡qué verdad!
Mi tiempo, es un tiempo, un momento que difiere según quién hable de él. La impaciencia, mi defecto o mi virtud. No lo sé, ni me importa.
Tengo “todo el tiempo del mundo”. Claro que sí, Sr. Educador. Tengo todo el tiempo, ese tiempo para educarme en el lindo patio de mi modelo. Tiempo para desandar todo el camino andado. Para volver a sentir los efluvios del caballo de mi prisión, de los blancos polvos que vuelan en mi alrededor. Tiempo para resocializarme y resentirme, en el mundo de zombis que dejé atrás, que casi olvidado estaba. Pero en este mi tiempo, puedo sentir un cetrino olor, mis miradas perdidas de esperanza, de vida.
“Hasta luego tiempo, para mediante una estancia verle a vos, seguro de mi mismo, seguro de mi tiempo”.
Y que menos razón tienen ustedes, Srta. Trabajadora Social, cuando me dice que tengo todo el tiempo del mundo. Para ver en las nubes el rápido crecer de mis hijos, que no comprenden la razón de mi tiempo aquí. Tiempo para ver mi empresa estancada en los problemas de mi ausencia. Claro, que el Banco tiene un tiempo, distinto al nuestro, diferente, ignominioso, para entender mis vencimientos que no entienden de mi tiempo.
Tiempo para ver, sentir, oler todo aquello que un lustro ya largo, tardé en dejar de percibir. Vuelvo atrás en mi camino, pero aún sigo en él, acompañado de mi amor, que siempre me dio su tiempo, mi tiempo.
Qué prisa tengo ¿verdad Sr. Funcionario? , tengo todo el tiempo del mundo, para vivir el tiempo de la violencia, de la sumisión que cabalga a los lomos de grandes corceles negros. “Heroína” Blanca la Yegua “Cocaina”
Creé un instante, un momento de mi tiempo, enfrente para escribir dos finales tan distintos pero tan crueles. Un tiempo que niega alguna vida o deja profunda herida. Otro, en el que no importan tus razones, durante el tiempo, y se invierte aún más tiempo. Es tiempo de semanas.
Ahora mi tiempo es vuestro. Oficios reunidos que deciden nuestro tiempo, un tiempo. Criminólogo, Sociólogo, Jueces, Santos y Querubines, tocar las trompetas, y llenarme de vuestra música atemporal.
Darme tiempo, vuestro tiempo, para no robarles su tiempo.
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(Indicar en el interior de vuestro escrito: para Marco Antonio Mateos Sánchez)