El placer de una sonrisa, un sonrojo, una sensacion
Alguna vez tuve dieciséis años, hace tiempo ya de eso, y no me arrepiento pues lo andado, recorrido esta, y bien o mal vivido sentido ha sido.
Un detalle puede interpretarse bien o mal, que mas da. El detalle es de quien lo tiene, de quien lo siente. Y él, espera simplemente eso, una sonrisa, un sonrojo, una sensación.
Nunca me regalaron flores, y creo recordar, que ha sido una buena amiga, quien sin ser pareja mía, me ha regalado algo estas Navidades, en un acto que tengo que reconocer me pillo de sorpresa, una colonia de la que guardo un bello recuerdo. Años, aguantando una camisa, un jersey, cosas por las que directamente, año tras año expresaba mi mas profundo rechazo, seguían siendo el regalo de mi cumpleaños. Siempre odie que me regalaran ropa, y mas cuando es de mercadillo.
Cuando uno recibe un regalo, muchas veces lo toma, lo mira, sonríe fríamente, y esforzándose mucho musita: «gracias». Otras veces, el regalo sorprende, no se espera, nos enfrenta, pero nos llega dentro, nos remueve los sentidos y nos hace sentir vivos. Nos alegra el día, ese día tan especial, que tarde o temprano terminará.
Hace tiempo que aprendí, que cada día de mi vida, es especial. Hoy, quería hacer especial ese día a una persona, que esta lejos y cerca de mi.
A mí alguien me dijo un día un secreto…
-cuando tengas que regalar algo a un chico, no tengas problema. A un chico siempre se le regalan cosas que empiecen por “c”,
una corbata, una camisa, unos calcetines, una colonia…
Nunca regales lo que no quieren que regales, y no todos los chicos son iguales.
Por lo demas, los secretos son secretos.