Desde mi soledad

Estimado lector:

Estas líneas las escribo desde el lugar donde la condición humana pierde cierto sentido, donde unas miserias se entrecruzan con un destino, unas veces vencido otras veces injusto.

Decía mi padre, (quien por el infortunio de la vida no tuve suerte de disfrutarlo sino hasta la corta edad de 9 años) “que ni son todos lo que están ni están todos los que son”.

Hoy cambiarán pues el título de este blog por “Diario de un preso” que es mi situación actual. Quien pinta estás líneas desde mi papel escrito, lo hizo a buen seguro a regañadientes, (por lo que supone, quizás para nosotros), que algún daño pudieran hacer a mi empresa. Pero siempre tuve algo claro “La verdad por delante”.

Desde aquí, quiero pedir el apoyo de cuántos me conozcan, unos virtualmente por razones de mi trabajo, otros personalmente, ya que el trabajo nos permitió coincidir, y otros, que por algunas circunstancias personales me hallan permitido conocerles.

El supuesto delito que cometí y sobre el cual no quiero entrar en polémica, (sobre si lo hice o lo deje de hacer), lo fue hace ya más de 10 años. No es otro que un hurto o apropiación indebida de caudales, los cuales a mi pesar, he tratado de devolver y a tal efecto llegue a un acuerdo en el Tribunal Sentenciador. La condena, dos años, que siendo ésta del Código Penal antiguo, no es en el 95% causa de ingreso en Prisión.

Sin embargo y lo digo algo y claro, parece ser que el Juzgador obvió el espíritu de nuestra constitución: “Las medidas preventivas de libertad tendrán un carácter de reaserción social” y corríjame si me equivoco, pero ésta orientación es más importante que el aspecto positivo.

Más cuando mi delito es, haber sido toxicómano, yonki o heroinómano y haber pagado ya hace casi dos lustros mi condena. Más cuando y con la inestimable ayuda de la asociación APROMAR, vencí mis miedos, vencí a la droga.

Más cuando hoy, padre de familia, con una hija de 4 años y la recuperación de mi hija Sandra de 22 años con la cual tengo mi nieto de 4 meses, junto a la única familia que tengo la familia de mi pareja y propietaria de la empresa. Tengo al fin a mis casi cuarenta años, la estabilidad y la vinculación familiar que cualquier ser humano puede desear.

Más cuando puesto dos días antes de mi detención e ingreso en prisión, recibí el contacto de otro de mis hijos, nacido durante mi estancia en prisión. De 16 años, Borja, a quien las circunstancias también separo de mi.

Más cuando me prestaba a cerrar otro doloroso capitulo, llamado Aitor, otro hijo de 17 años. Algunos vocearán, otros criticarán, pero sólo pido que pongan un tiempo de reflexión y ubiquen una historia negra, un pozo sin fondo, una vida perdida, que recién hace unos ocho años volvió a ver la luz. Que volvió a sentir el calor del amor, que desde temprana edad se le negó. Que mostró el respeto por sí mismo, que aprendió a amar y ser amado.

Quizás en este contexto, obtenga del lector una benévola complacencia, el respeto como ser humano que merezco, la oportunidad de seguir mi camino.

Si después de leer estas líneas considera oportuno, prestarme su ayuda que mejor ocasión para ofrecerme su apoyo.

De los informes sociales, depende que mi estancia aquí sea tan corta como la de los poderosos, que cuando rara ves ingresan en prisión, tardan poco en ser clasificados en Tercer Grado Penitenciario.

La obtención de esta clasificación, habilita al preso como individuo, ya que le permite salir todos los días a trabajar, pernoctando en prisión.

Se acerca más a un castigo equitativo y justo, para él y la sociedad. Se aleja del grito ahogado de la desesperación y la miseria que camina en los grises muros de la vergüenza humana.

Tus palabras escritas, a aquellos que tienen ahora en sus manos el destino del que suscribe, de una familia, de una empresa pueden ser más importantes que tus palabras de apoyo.

Si no te animas entenderé tu postura, ya que nada me debes, pero sí te pido que hagas una tácita reflexión sobre todo aquéllo que leíste, ya que a buen seguro, algo productivo obtendrás de ello.

Dirección de envió:
Centro Penitenciario Madrid – V
Soto del Real
A la atención: Junta de Régimen y Tratamiento
Apartado de correos 200
28770 – Madrid
(Indicar en el interior de vuestro escrito: para Marco Antonio Mateos Sánchez)

——–

Algunas de las cartas de apoyo que se han recibido son:
Miguel Ángel González Ruiz – 23803567Q
Amador Cubino Lopez – XXXXXXXXL
Anónima
Elisa Isabel Generoso Gutiérrez – 53.106.333t
Rafael Cano Caracuel – 11808564-L
Montserrat Alvarez
Miguel Andrés Alonso

Si quiere exponer una carta de apoyo en la Web mandanos la carta a: miguelangel@lomejordeinternet.net

One thought on “Desde mi soledad

  1. Pedro Aviles

    Todo mi ánimo Marco.

    Aguanta, que siempre sale el sol al final. Siempre. Aguanta.

    Pedro Avilés,
    periodista
    (Cliente de LMI muy contento con tu empresa, con tu dignidad y con honestidad)

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