Cosas bonitas, cosas malas

Hace unos días me escribió una chica diciéndome que estoy enfadado con la vida,  y hoy que no escribo hace tiempo.

La verdad, es que vivo inmerso en una voragine de situaciones, una buenas y otras malas, que entre todas ellas, me consumen mucho tiempo.

Son jornadas de trabajo intenso, con mucho papeleo, mucho estudio de situaciones, negociaciones, que requieren mucho control y dedicación. Por otro lado, sigo atendiendo migraciones y tickets, por la noche, algunas veces alcanzando las 2 de la madrugada, lo que hace que me encuentre muy cansado algunos días como para ponerme a escribir.

Además, a veces, creo que la gente tiene razón, estoy demasiado quemado y estoy buscando ideas, o mejor dicho ganas de escribir sobre cosas bonitas.

Me empiezo a parecer a los telediarios, llenos de mal rollo y de historias negras. Por eso, y porque últimamente mi  vocabulario se ha reducido en demasía, he decidido no ver la televisión, ni leer periódicos (esto último porque ya me da coraje lo que los periodistas de uno y otro signo político publican). El retorno a la lectura, creo, me permitirá recuperar un poco de la imaginación necesaria para sustraerme de mi situación personal y llenar de nuevo el deposito de las palabras, que últimamente se reducían a tecnicismos informáticos. Un poco de lectura, relajara mi espiritu.

Hoy tengo dos cosas, una bonita y la otra fea.

Empezaré por la bonita.

Ya se constituyo Fenixer Interactiva, S.L., sociedad que ha adquirido los dominios y la marca de Fenixer, así como los activos y fondo de comercio de Magus Site, S.L.

Además, ya me han confirmado la aceptación de nuestra propuesta de negocio, los propietarios de GlobalSwitch, para el alquiler de una sala de 100 metros cuadrados de suelo técnico en su centro de Datos. Días de arduo trabajo, que junto a una extraña combinación, de providencia, de trabajo, me han dado un socio, que me ha devuelto a la vida, que me hace sentir lleno de vida.

Las cosas marchan bien, a su ritmo,  o mejor dicho al nuestro, que vuelve a ser trepidante, actual, agresivo. Lleno de vida, de ideas. Por mucho que me digan esa es la historia del ser humano, la de un puñado de locos, que decidieron y decidirán siempre, el rimo de la vida, de los avances, del futuro.

En el otro lado, el lado obscuro, esta mi niña, que cumple hoy seis años, y no la veré. Algunos hipócritas, por decirlo suavemente, pretenden trasladar su porquería, en una dirección equivocada, y otros me dicen que no exprese mis sentimientos en mi blog, pues a la postre sufrirá mi hija.

La vida es así, y no creo que en un futuro lejano, ella sufra por lo que aquí quedo escrito. Si acaso, sufre hoy por la ausencia, sufre hoy por las mentiras. Es lo que es, es lo que siente su padre. Nada tienen que ver mis lineas con sus sentimientos presentes o futuros, pero tengo claro que llegado el momento ella sabrá que decidir sobre sus propios sentimientos, pues todo alguna vez en la vida hemos de pasar por ese trago. No se trata de mentir, pues una cosas son los sentimientos que ella tenga para con nosotros, y otra muy distinta la que nosotros tengamos para con nosotros mismos. No creo que mentir en esto ayude mucho, o decir la verdad sea cruel o mezquino.

Si hoy no la veo, es por la ignominia de aquellos que hablan falseando una supuesta indisposición por verla, cuando la realidad es justo la contraria. Hoy no la veo, porque esta siendo utilizada para, porque no decirlo abiertamente, JODERME, en lo personal, en lo humano.

El otro día, le perdí el poco respeto que me quedaba a mi ex-suegra, harto de aguantar las mentiras que tanto ella como los suyos se han llegado a creer de esta persona, que dice ser madre, pero solo veo que ejerza de diablesa del rencor, del desamor. Por la indisposición a hablar con mis abogados aduciendo al existencia de otros de su madre, que ni existen ni quieren saber de ella. Por ese teléfono que no se responde, ese buzón que esta lleno, esa desvergüenza que tiene los que no quieren ver lo que se ve.

Pasaran los años, y como, explicaciones habrá que dar. Yo sabré de que soy culpable, y otros aunque no lo sepan o reconozcan, también estarán implicados en las respuestas que María nos demandará.

En fin Fermin. Con sinceridad, ahogare mi pena un ratito con unas cervezas, o quizás algo mas duro, mientras sueño con el momento en que el juez determine mis posibilidades, mientras me recreo con el momento en que tenga que afrontar las duras preguntas de mi pedazito de corazón, mientras observo como olvida su dolor, mientras siento su pequeño corazón latir. Se que la veré soñar, que la sentiré llorar, que la escucharé en sus reproches, que la veré marchar. Se… se que la podre tener junto a mi y verla crecer.

Por otro lado, mi otra hija, Sandra, anda también con malos rollos, con historias paralelas, en las que se mezcla el pasado, ese pasado que algunos se empecinan en poner de excusa para insultar, menospreciar, o darles un valor moral que no tienen, que pierden cuando te faltan el respeto. Pero claro, en el Santa Sanctórum de la sociedad, fácil es rasgarse las vestiduras, fácil ver la mota en ojo ajeno, y difícil ver la piedra del nuestro. Maldita sociedad, maldita hipocresía.

Hijos, hoy no estamos juntos, pero estáis en mi corazón. Tiempo estuvo cerrado, alicatado de hormigón en su claustro encerrado. Pero ahora, os siento, os llevo dentro, se cuales son mis sentimientos.

Sandra, mi corazón perdido,  Aitor al que no encuentro, Borja con sus diecisiete años, en ese difícil momento, y mi pequeña María, llenan hoy en día, cada uno de mis poros, me hacen sentir el orgullo de lo poco bueno quedará de mi paso por la vida, cosas buenas, orgullosas, inteligentes, sinceras, fuertes, y de buen corazón. Gente que triunfará por derecho.

Vosotros me hacéis sentir vivo.

Os quiero.