Gangs of Alcorcon
Frío el día de invierno, con las gentes arrimadas a sus casas, en parte por el frío, en parte por la batalla que esta a punto de desarrollarse. Lo cierto es que la calle esta desierta. Solo unos copos de nieve, y el gélido arrumaco del viento, son nuestros compañeros.
De repente, dos formaciones atolondradas, cargadas de odio, masas estúpidas manipuladas por imbéciles que dicen ser políticos, van acercándose poco a poco, hasta que por fin, tras un momento de invernal silencio, se alza una voz:
«Estamos aquí reunidos en Las Cinco Canchas, para determinar quien es el señor de estas zonas. De una parte, nosotros, los Nativos Fascistas, que por el derecho que nos asiste, por el nacimiento de nuestros padres en estas tierras, nos consideramos los amos de esta mierda. De otro, los Payo-Ponis, que nos invaden y pretenden nuestras canchas. Aquí y ahora, determinaremos quien es el puto amo de Las Cinco Canchas, y el perdedor sera borrado del mapa, y su nombre olvidado de estas tierras y jamas se volverá a pronunciar su nombre»
En fin, es de risa pero no me río. Me recuerda a esa violenta película «Gangs of New York» en la que la miseria humana llegaba a los extremos más violentos en los primeros impases de la película. Unos por la creencia de ser legales propietarios de un derecho inexistente, y otros armados de un espíritu religioso importado de su tierra de origen.
La realidad, es que ambos bandos se hallaban manipulados por ciertos elementos, que al margen de sus creencias, su rebuscada palabrería, lo único que buscaban eran el negocio del poder.
La realidad, es que decenas de ellos murieron aplastados por el cuchillo del carnicero, la garrota de Willy, el punzón del Páter, mientras al espectador se le revuelve las tripas entre hígados, golpes y sanguinolentas escenas. Nada mas lejos de la realidad, y similar a las historias del movimiento Know Nothing (Nativos Americanos) frente a a la inmigración desmedida de los Irish American.
Ahora son nuestros chicos, nuestros hijos los que se zumban sin sentido, mientras la clase política calienta motores en un estado de cosas, algo confuso y polarizado.
Quizás sea el momento de acordarse de otras épocas, fumarse un porro, y ser un poco hippie, pensar en el amor, y dejarse de crispaciones sociales. Yo por si acaso mañana me voy a Sevilla a ver a mi colega.
[…] de verborrea cicatera, comenzamos el año con un arrebato de xenofobia en la Comunidad de Madrid, (Gangs of Alcorcon) que dejo claro en que estado están las cosas con la politización de la inmigración, y las […]